sábado, 31 de marzo de 2012

El exilio que no existe

Por Lázaro Fariñas*

En esta ciudad de Miami, en la que he vivido por más de cincuenta años, los términos generalmente están invertidos. Casi siempre lo que aquí se afirma como verdad, es en realidad mentira. Lo que se bautiza como grandioso, la mayor parte de las veces es insignificante. Lo que se califica como totalidad, casi siempre es mínimo o minoritario.

Hace años atrás, al comienzo de la Revolución, llegaron huyendo de la justicia una cantidad bastante significativa de personas comprometidas con el régimen de Fulgencio Batista. Unos por malversadores y otros por asesinos, salieron corriendo de Cuba en aquellos primeros días y meses de 1959. Aquí se encontraron con cubanos emigrados que residían en esta ciudad, la mayoría de ellos personas que habían emigrado a los Estados Unidos buscando una mejor vida, por razones puramente económicas y muy alejadas de los problemas políticos de Cuba. Es verdad que también había un grupo de exiliados políticos, pero la mayor parte de estos regresaron a Cuba inmediatamente después del triunfo revolucionario. Así fue que, los criminales del régimen batistiano y sus compinches, los ladrones malversadores que vinieron junto con ellos, crearon las bases para esto que hoy en día se conoce mundialmente como el Exilio Político Cubano de Miami. Y yo me pregunto, ¿exilio?

En realidad, el comienzo de todo el llamado exilio, no es nada más que la fuga hacia otro país de una serie de delincuentes, asesinos y malversadores, que huyendo de la justicia busca refugio en un lugar que les abre las puertas y los acepta. No son personas que, por motivos políticos, son perseguidos por las autoridades de su país y buscan asilo en otro. Son personas que, habiendo cometido delitos comunes, salieron huyéndole a la justicia. En verdad, a eso no se le puede llamar exilio político. Como mejor se puede calificar es como santuario de delincuentes.

Poco después de la llegada de esos tránsfugas de la justicia, empezaron a llegar a Miami personas que, a pesar de no haber cometido ningún delito, se opusieron a los cambios revolucionarios que se estaban llevando a cabo en Cuba.

Burgueses que no aceptaban perder parte de sus privilegios, personas que no estaban de acuerdo con una revolución social profunda y algún que otro revolucionario que solo estaba dispuesto a aceptar una revolución limitada. Al principio, los batistianos y los recién llegados no se mezclaban, al contrario, se repelían y se recelaban. Los batistianos llamaban a los que llegaban como fidelistas sin Fidel y estos a la vez los acusaban de esbirros de la tiranía.

No fueron pocos los desencuentro entre unos y otros. Muy pocos eran los que llegaban como exiliados políticos, como personas que habían actuado contra el gobierno revolucionario y por sus actividades subversivas tuvieron que abandonar la isla. La mayor parte de aquella temprana emigración de los primeros años lo hicieron por no estar de acuerdo con el nuevo sistema que se estaba implantando en la isla y no por ser perseguidos políticos. A muchos les confiscaron sus negocios, pero a ninguno les confiscaron sus viviendas ni los obligaron a salir de Cuba. Salieron como emigrados y no como exiliados políticos. Ahí consiste el engaño en la terminología, ya que los verdaderos exiliados políticos eran muy pocos, y no como se ha querido hacer ver, que todo el que salía de Cuba lo hacía por razones políticas. Si eso fuera verdad, entonces habría que rebautizar a todas las comunidades de latino americanos que viven en los Estados Unidos y llamarlas el exilio mejicano, el dominicano, el hondureño, el salvadoreño, además de los otros como el exilio italiano, el exilio irlandés, británico y exilio a cuantas comunidades distintas de emigrados componen esta gran nación.

Al pasar los año, tanto se ha repetido el nombre del "exilio político cubano", que todos lo llaman así, a pesar de que ese exilio no existe. Centenares de miles de cubanos viajan a Cuba todos los años. Millones de dólares se mandan a la isla como remesas familiares. Decenas de vuelos parten semanalmente del aeropuerto de Miami hacia diferentes ciudades de Cuba. Aquí no hay exilio, aquí hay una comunidad de cubanos emigrados que trabajan por una vida mejor y que conviven con un grupo de descarados, pícaros y anticubanos, que viven del cuento, tumbándole el dinero a los contribuyentes de este país para hacerle daño a Cuba.

*Lázaro Fariñas periodista cubano residente en EE.UU.

Fuente original: Martianos-Hermes-Cubainformación-Cubasolidaridad
Estos textos pueden ser reproducidos libremente siempre que sea con fines no comerciales y cite la fuente

Foto Archivo

Ignorancia, mala fe o ambas de AFP contra visita privada de René González a Cuba

Por Norelys Morales Aguilera

Un despacho de la agencia AFP firmado por Carlos Batista desde La Habana se centra en que “Medios cubanos limitan información sobre la visita de agente condenado en EEUU”, ignorando olímpicamente que se trata de una visita privada muy particular.
 
René González Sehwerert  se encuentra en bajo “libertad supervisada” en Estados Unidos, como una forma más de extender su castigo por haber estado allí monitoreando a los grupos terroristas afincados especialmente en Miami. Deberá cumplir lo que le han impuesto las autoridades norteamericanas, que solo aceptaron una "visita privada".
 
Que la implacable jueza federal Joan Lenard haya permitido el viaje y que las autoridades norteamericanas extendieran el permiso, a nadie escapa que es un gesto, pero podría ser también una maniobra para equiparar el caso de Alan Gross que fue detectado infraganti en la isla en labores de espionaje y subversión. Nada parecido a lo que hacían los Cinco en Norteamérica.
 
Batista debió haber leído bien las condiciones en que viaja a Cuba René, pero no las dice: “entrega del itinerario detallado del viaje, su localización en Cuba e información de contacto en el país, así como el mantenimiento de comunicación telefónica sistemática con su oficial probatorio.”
 
Los medios cubanos habrían deseado dar esa cobertura, mostrar el momento de la llegada del Héroe, el encuentro con su familia. La inmensa mayoría del pueblo lo habría deseado, pero obvia el señor Batista las condiciones de esa singular visita privada donde toda una familia está de luto, con otro hijo moribundo, y por otra parte, él no contactó a ningún familiar para saber su voluntad.
 
Corresponderá a la familia decidir si aceptan cobertura del encuentro de René con su esposa Olga Salanueva a quien le han negado durante más de una década la posibilidad de visitarlo en prisión, el encuentro con la atribulada madre, Irma. En fin es una visita dolorosa, merece respeto.
 
Pero, ese más elemental respeto también lo obvia el periodista para agredir a los medios cubanos con el estúpido argumento de que están “bajo control estatal”. Sería mucho pedir que diga que no pertenecen a ningún dueño, que se afanan para darlo todo al pueblo y que no hay obra humana tan novedosa en este mundo mercantilizado, al contrario de los que convierten en mercancía los sentimientos de las personas.
 
Se prueba una vez más que cualquier noticia relativa a Cuba que de algún modo agreda, mediatice, mal informe o desprestigie, será bienvenida para un redactor corporativo y será publicado el despacho como en este caso.

Tomado de Islamia

viernes, 30 de marzo de 2012

Ellas no son de la gran escena (video)

El escritor cubano, residente en Suecia, René Vázquez Díaz ha escrito un texto titulado “Las Damas de negro” sobre las mujeres cubanas que sufren las agresiones del gobierno norteamericano contra la Isla pero que nunca llaman la atención de los grandes medios de comunicación.

Los colegas de Cubainformación han relizado este video con base en el texto de Vázquez Díaz:

"Ningún embajador europeo se interesará por la salud de sus hijos, ni les ofrecerán dinero para defender los derechos humanos que el bloqueo contra Cuba les niega. Ningún periódico extranjero investigará las causas exógenas de sus penurias ni del sufrimiento de sus abuelas, sus madres y sus hijas. Yo las llamo Las Damas de Negro. 

Ellas llevan la carga del bloqueo sobre las importaciones de fertilizantes, pesticidas, pienso, tecnología y alimentos. Ellas han visto y ven sufrir innecesariamente a sus hijos por un asedio que impide el acceso de Cuba a medicamentos y material clínico de primera necesidad. Esas damas son la mayoría absoluta de las mujeres cubanas"

Video en Youtube

Llegó René González a la Patria

Minutos después del mediodía de este viernes, arribó a la Patria, en visita privada y familiar, el Héroe de la República de Cuba, René González Sehwerert, uno de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos condenados injustamente a cumplir largas sanciones de privación de libertad en cárceles norteamericanas.

Como es conocido, después de haber sufrido 13 años de injusta prisión, René se encuentra bajo un régimen de libertad supervisada, por otros tres años, durante los cuales deberá permanecer en los Estados Unidos, lo cual constituye una sanción adicional.

El 24 de febrero pasado, René había presentado, a través de su abogado, una moción de emergencia ante la Corte para el Distrito Sur de Florida, en la cual solicitó que se le autorizara a visitar a su hermano gravemente enfermo en Cuba.

Casi un mes después, el 19 de marzo, la jueza Joan Lenard, quien ha estado a cargo del caso de los Cinco desde el inicio de su proceso judicial, autorizó el viaje de René a Cuba por 15 días, bajo un grupo de condiciones:

la obtención de todos los permisos necesarios para viajar a Cuba por parte del Gobierno de los Estados Unidos,
la entrega del itinerario detallado del viaje,
su localización en Cuba e información de contacto en el país,
así como el mantenimiento de comunicación telefónica sistemática con su oficial probatorio. 

Asimismo, la Jueza dejó claro que todas las condiciones de la libertad supervisada de René permanecen invariables y tiene que regresar a los Estados Unidos en cuanto se cumplan dos semanas, a partir de la fecha del viaje.

La decisión de autorizar el viaje de René se corresponde plenamente con las condiciones establecidas para su libertad supervisada, las cuales permiten que viaje a Cuba, previa aprobación del oficial probatorio o de la jueza.

Incluso, el propio Gobierno de los Estados Unidos, que se ha opuesto a todas las mociones presentadas por René para que se le permita tanto su regreso definitivo a Cuba como la visita temporal a su hermano, reconoció que las condiciones de su libertad supervisada no le prohíben viajar a nuestro país. Al respecto, ya desde el 7 de marzo del 2011, la Fiscalía argumentó que “los términos de la libertad supervisada de René no le impiden viajar a Cuba durante ese período… Nada le impedirá solicitarle a su oficial probatorio (o a la corte, si le es negado por este) un permiso para viajar a Cuba a visitar a su esposa, sus padres ancianos u otros”.

En la moción presentada por su abogado, René expresó que cumplirá con los términos establecidos para la visita y regresará a los Estados Unidos.

Pese a las condiciones impuestas, nuestro pueblo, con hondo respeto, le da la bienvenida a la Patria a nuestro querido René y no ceja en la lucha por su regreso definitivo junto a sus cuatro entrañables hermanos.

La Habana, 30 de marzo de 2012

Cubadebate

Pesquera, oficial mafioso verdugo de los Cinco, es Jefe de policía de Puerto Rico

Héctor Pesquera
Credito: web
 Por Jean-Guy Allard

29 de Marzo.- El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, oficializó el nombramiento de Héctor Pesquera, ex jefe del FBI de Miami y autor de la conspiración que llevo al arresto de los Cinco cubanos infiltrados en grupos terroristas de la Florida, como nuevo Superintendente de la policía puertorriqueña.

Puerto Rico enfrenta la mayor crisis de criminalidad, violencia y corrupción en muchos años.

Pesquera arribó a San Juan, Puerto Rico, en un vuelo proveniente de Fort Lauderdale, siendo escoltado de inmediato por agentes del FBI al Edificio Federal, su “alma mater”, en la calle Chardón, en Hato Rey, donde está la sede de la agencia federal.

A solicitud del representante mafioso Lincoln Díaz-Balart, Héctor Pesquera orientó, organizó y realizó el arresto de los cinco cubanos, combatientes antiterroristas, que convirtió en espías por medio de un gran show mediático.

Pesquera ordenó los malos tratos, la detención en celdas de castigo y el juicio amañado de los cinco patriotas cubanos que siguen secuestrados en territorio estadounidense.

Este policía con múltiples conexiones con la fauna terrorista cubanoamericana, es de origen puertorriqueño, oveja negra de una familia con profundas convicciones nacionalistas.

Este ex oficial de contrainteligencia fue Jefe del FBI en Puerto Rico y ahí arregló la liberación de los terroristas miamenses involucrados en el caso del yate La Esperanza, entre los cuales se encontraba “Pepe” Hernández, actual jefe de la Fundación Nacional Cubano - Americana, que fueron arrestados por estar relacionados con un complot para asesinar el líder cubano Fidel Castro en Isla Margarita, Venezuela.

Pesquera fue director de la división de Miami del FBI hasta diciembre del 2003, y luego pasó de asesor de la Oficina del Alguacil del condado Broward (BSO), para la seguridad de los puertos y aeropuertos. Su jefe inmediato en el BSO, Ken Jenne, fue luego investigado por corrupción.

Casualmente, Pesquera seguía en este puesto, cuando Luis Posada Carriles entraba en el Santrina a territorio norteamericano, ilegalmente, sin la menor dificultad.

Pesquera es el mismo "SAC" (Special Agent in Charge) del FBI de Miami que, durante meses, supuestamente no sospechó de la presencia, a unos kilómetros de su oficina, de 14 de los 19 terroristas de Al-Qaeda que preparaban el atentado del 11 de septiembre… mientras perseguía, arrestaba y organizaba el juicio político y la condena de los cinco cubanos infiltrados en grupos extremistas miamenses que tan generosamente toleraba.

El 23 de junio del 2001, los hombres de Héctor Pesquera, arrestaban en un centro comercial de Miami a José Guevara, un ex agente de los Servicios de Inteligencia venezolana. Conocido como activista antiChávez, José Guevara trataba entonces, con su primo "Otoniel" Guevara, de recuperar millones de dólares chantajeando al ex jefe de la Inteligencia peruana, Vladimiro Montesinos, entonces prófugo de la justicia de su país.

En vez de arrestarlo por estafa, Pesquera manejo su liberación y participó en el reclamo de la recompensa por la captura de Montesinos… que fue finalmente denegada.

En otro episodio de este guión de película policíaca, José Guevara se apareció con seis cientos mil dólares, que los autores intelectuales del asesinato del fiscal Danilo Anderson pagaron en Miami para la ejecución del atentado terrorista ocurrido en Caracas.

Pesquera fue denunciado por haber participado en una reunión en Panamá en la que planeó el asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson, con la ahora prófuga Patricia Poleo y otros conspiradores.

Otro detalle elocuente es que el hijo homónimo de Pesquera fue quién desapareció el expediente de Posada Carriles mientras se acercaba el juicio del terrorista internacional.

Al ser nombrado, Pesquera expresó que para combatir el crimen hay que ir a la raíz del problema.

“Es con enorme sentido de compromiso que acepto este reto”, dijo.

Ya para el 26 de marzo, un portal de Internet en Miami, dio a conocer que el Gobierno de Puerto Rico había escogido a Pesquera.

El sitio de Internet precisaba: “La corrupción es tanta en la Isla del Encanto, que el Departamento de Justicia de Estados Unidos le pidió prestado al condado Miami-Dade a Pesquera, para que por todo un año restablezca la paz y la calma en esa pequeña isla”.

http://www.aporrea.org/internacionales/n201893.html

Cada uno en lo suyo, con coincidencias y discrepancias

Por Emilio Marin
Benedicto XVI culminó su gira latinoamericana y voló de regreso a Roma. En Cuba celebró misas y se reunió con Raúl y Fidel Castro. Los mercenarios pagados por Washington, indignados con el Papa. Los cubanos, felices.


El papa alemán Benedicto XVI realizó su segunda gira latinoamericana, visitando México y Cuba. Aunque comenzó su papado en 2005, en estos siete años no lo atrajo la región, pues antes sólo había paseado por Brasil. Como a Barack Obama, a Joseph Ratzinger lo atrae más Europa.

Todos los análisis estuvieron centrados en lo que pasaba en la Mayor de las Antillas. De su paso por México no hubo mucha la producción periodística. Los más críticos le reprocharon haber omitido los escándalos de la orden "La Legión de Cristo", de Marcial Maciel, con muchísimo poder, récord de mujeres amantes, hijos propios violados, pederastia y otras barbaridades.

Ratzinger y su canciller, cardenal Tarcisio Bertone, tenían todo acordado para esta visita a la isla entre el lunes 26 y el miércoles 28 de marzo de 2012.

La iniciativa convenía a ambas partes. El país anfitrión salía ganando políticamente en su frente interno y el internacional. Hacia adentro, ratificaba a los once millones de cubanos que el gobierno socialista es amplio y pluralista, y que mantiene una buena relación con la Iglesia católica cubana y su dirección vaticana. Hacia afuera, el presidente Raúl Castro mostraba un vínculo respetuoso, que no quiere decir obsecuente, con Benedicto XVI, del mismo modo como su hermano Fidel lo había cultivado con Juan Pablo II, de visita en enero de 1998.

Objetivos.
¿Por qué para La Habana es valioso ese tipo de visitas? Sencillo: demuestra que cultiva la coexistencia pacífica entre Estados (el Vaticano lo es) muy diferentes y hasta opuestos en algunos temas. Y al recibir a esa clase de viajeros, presidentes o Papas, Cuba le hace un agujero práctico más al bloqueo estadounidense. Establecido desde febrero de 1962 en forma absoluta, ese bloqueo cerca por hambre y nulo comercio a la patria de José Martí y también pretende restringir los viajes, cortar los contactos culturales y hasta deportivos, amén de los políticos. Amén, diría Benedicto...

Por su parte quien se sienta en la poltrona de Pedro tenía sus propios objetivos, como catorce años atrás. "Que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo" había dicho Karol Wojtyla en aquella oportunidad, y su sucesor reiteró la vigencia de esa política al decir que Cuba y el mundo necesitan cambios. A la Iglesia le interesa la segunda parte de la enunciación: que la isla se abra al mundo. Que se abra a los negocios e inversiones de empresas extranjeras, a la penetración de los medios de comunicación, la ideología capitalista y, último pero no menos importante, a la acción predicadora de la Iglesia, que no es precisamente socialista. Adentrarse más adentro del alma de los cubanos interesa sobremanera a Ratzinger, pues hoy sólo el 1,5 por ciento de ellos son católicos que van a misa.

Asalariados desairados.
Primero en Santiago de Cuba, en la plaza Antonio Maceo, y luego en la Plaza de la Revolución, en La Habana, el visitante celebró misas con muchísimos cubanos que fueron libremente. La estadística confirma que "segundas partes nunca fueron buenas" pues el récord de Juan Pablo II no fue alcanzado: Benedicto convocó a unas 200.000 personas en Santiago y a 300.000 en la capital.

Esas cifras son muy importantes. La iglesia demuestra que es un factor social a tener muy en cuenta por Raúl Castro. Este lo sabe y tiene un diálogo muy fluido con el cardenal Jaime Ortega, con el que ha conversado sobre una amplia agenda de temas. En diciembre pasado salieron en libertad unos cuantos presos por buena conducta o por razones de salud, con intervención de esos obispos.

Esa confianza recíproca entre el Palacio de la Revolución y la Iglesia fue cementando el camino para la visita de estos tres días. La misma defraudó a la contrarrevolución cubana que opera en sintonía y es pagada por la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA).

Primero salieron a la palestra las "Damas de Blanco", un grotesco y mal intento de copia de las Madres de Plaza de Mayo de Argentina. Las damas, última creación de la SINA, pidieron ser recibidas por Benedicto XVI, "aunque sea un minuto". Querían explicarle el supuesto infierno de dictadura, cárcel y torturas que sería la digna Cuba.

Era previsible que el Papa no aceptara esa entrevista. No tuvo ni un minuto para esa provocación. Quizás no le faltaron ganas de recibirlas, pero primó la idea de mantener una buena relación con Cuba, para ir avanzando en su "evangelización". Las "Damas" se quedaron sin cita, furiosas.

Disidentes.
Los más recalcitrantes de esos mal llamados "disidentes" (mejor les cabe "mercenarios"), apremiaban al Pontífice con que si venía en son de paz con Castro mejor se quedara en Roma. 

Por ejemplo, Marta Beatriz Roque, le escribió en una Carta Abierta, el 1 de marzo: "Su presencia en la Isla, sería como enviar un mensaje a los represores, de que pueden seguir haciendo lo que quieran, que la Iglesia lo va a permitir; ya que a pesar de conocerse de su visita desde hace algunos meses, esto no ha sido óbice para que se incrementen -desde el poder- las detenciones y el castigo con violencia hacia actuaciones religiosas, políticas y sociales. ¡Que la Divina Trinidad ilumine su mente para que tome la correcta determinación!". Le estaba pidiendo no viajar.

El recordman de "huelgas de hambre" Guillermo Fariñas, apremió: "Su Santidad: de no poder realizar lo aquí rogado, Los Opresores ganarían, pues ellos son discípulos de Satanás y no de Dios. Si no puede hacerlo por Los Oprimidos, por favor posponga su viaje a nuestra Patria".
Un exiliado cubano de la cátedra de religión en la Universidad de Yale, le imploró: "Solo le ruego: reúnase con las Damas de Blanco durante su visita a Cuba. Ellas se lo han pedido. Bendígalas con su presencia, Santo Padre. ¡Qué imagen sería para el mundo entero! El Vicario de Cristo y las Damas de Blanco juntos. Tal vez salgan en fuga los demonios".

La lucha política.
Hay cosas de la política que se pueden anticipar. Por ejemplo, que Benedicto iba a tirar algunas pálidas contra el marxismo, pero no mientras estuviera en suelo cubano. Lo hizo en declaraciones en el avión que lo llevaba a México. "Es evidente que hoy día la ideología marxista como era concebida ya no responde a la realidad y así no se puede construir una sociedad. Deben encontrarse nuevos modelos con paciencia y de forma constructiva", disparó para marcar su diferencia ideológica con las autoridades cubanas.

Ya en la isla, en sus misas y declaraciones estuvo muy cuidadoso. Si se leen entrelíneas se pueden encontrar frases que elípticamente cuestionan el socialismo. Donde fue franco el pontífice fue en plantear que con Cuba hay avances pero se necesitan acuerdos para ir más allá. Se dijo que en privado le había pedido al presidente Castro que -así como en su momento se declaró feriado la Navidad-, sería bueno que así se procediera con el viernes de Semana Santa. Cosas de ese tipo es probable que sean aceptadas. La respuesta cubana al desafío que suponía la llegada del jefe del Vaticano quedó plasmada en la bienvenida de Raúl Castro. "Sólo como demostración de cuánto se podría hacer si prevaleciera la solidaridad, menciono que en la última década, con la ayuda de Cuba se han preparado decenas de miles de médicos de otros países, se ha devuelto o mejorado la visión a 2,2 millones de personas de bajos ingresos y se ha contribuido a enseñar a leer y escribir a 5,8 millones de analfabetos. Puedo asegurarle que, dentro de las modestas posibilidades de que disponemos, nuestra cooperación internacional continuará", dijo el anfitrión. Hablaba de ideologías, pero sobre todo de logros concretos.

Críticas y esperanzas.
Raúl incluyó críticas al sistema capitalista en crisis. Hay muchos desocupados, muchos pobres, muchos indignados, aseguró. Era una forma elegante de recordarle a su huésped que los sufrimientos planetarios vienen por el lado del capitalismo global.

El Vaticano se haría esperanzas en balde si apuesta, como en los 80, al desplome del socialismo en La Habana. Lo que anduvo bien para Juan Pablo II en Polonia y el este europeo no funcionará en el Caribe. "En Cuba no va a haber una reforma política. Estamos hablando de la actualización del modelo económico cubano, que haga nuestro socialismo sustentable" declaró Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros a los 800 periodistas extranjeros que cubrían la visita, en el Hotel Nacional.

Esos cruces polémicos, explícitos o implícitos, eran perfectamente esperables. Lo que superó toda lógica fue la especulación de la enviada de "La Nación", Isabetta Piquet, de que Fidel Castro podía haberse convertido al catolicismo. ("Con la visita, afloran los rumores sobre la conversión de Fidel", 28/3). En realidad hubo una amable reunión del visitante con Fidel, nada más y nada menos. "En medio del histórico peregrinaje del Papa a esta isla, vuelve a aflorar la versión sobre una hipotética conversión al catolicismo del anciano y enfermo "líder máximo", Fidel Castro", escribió Piquet. ¿Se había tomado todo el ron cubano?

http://www.laarena.com.ar/opinion-cada_uno_en_lo_suyo__con_coincidencias_y_discrepancias-72748-111.html

FIDEL: La necesidad de enriquecer nuestros conocimientos

Reflexiones del Compañero FIDEL: La necesidad de enriquecer nuestros conocimientos

Las escenas fílmicas de la matanza en Libia, que comienzan a conocerse, indignan por la ausencia total de humanismo y las groseras mentiras que sirvieron de pretexto para invadir y apoderarse de los recursos naturales de aquel país.

Con más de 25 mil misiones de combate la aviación militar de la OTAN apoyó el monstruoso crimen.
Afirmaron que el Gobierno de Libia poseía fondos en el exterior que superaban los 200 mil millones de dólares. Nadie sabe en este instante dónde está y qué se ha hecho con ese dinero.

 Un proceso electoral fraudulento garantizó el despojo de la presidencia del país más poderoso a favor de George W. Bush, un alcohólico sin tratamiento médico ni los más elementales principios éticos, quien ordenó a los graduados de West Point estar listos para atacar sorpresivamente y sin previo aviso a 60 o más oscuros rincones del mundo.

 Semejante enajenado, a través de una maletica, podía decidir el uso de miles de armas nucleares; con un porcentaje mínimo de las mismas podía poner fin a la vida humana en el planeta.

 Es triste recordar que en el lado opuesto de la superpotencia yanqui, otro enajenado, con tres botellas de Vodka en el estómago, proclamó la desintegración de la URSS y el desmantelamiento de más de 400 emplazamientos nucleares a cuyo alcance estaban todas las bases militares que amenazaban a ese país.

 Aquellos acontecimientos no constituyeron una sorpresa.  A lo largo de muchos años de lucha, la experiencia adquirida, el contacto con los acontecimientos, las ideas y los procesos históricos no daban lugar a sorpresa alguna.

 Hoy los dirigentes rusos tratan de reconstruir aquel poderoso Estado que tanto esfuerzo y sacrificio costó crear.

 Cuando el Papa Juan Pablo II visitó nuestro país en 1998, más de una vez antes de su llegada conversé sobre variados temas con algún enviado suyo. Recuerdo particularmente la ocasión en que nos sentamos a cenar en una pequeña sala del Palacio de la Revolución con Joaquín Navarro Valls, Vocero del Papa, sentado frente a mí. A la derecha estaba un sacerdote amable e inteligente que venía con el Vocero y acompañaba a Juan Pablo II en las misas.

 Curioso por los detalles, le pregunto a Navarro Valls ¿Usted cree que el inmenso cielo con millones de estrellas se hizo para placer de los habitantes de la tierra cuando nos dignamos a mirar hacia arriba alguna noche?  “Absolutamente” -me respondió. “Es  el único planeta habitado del Universo”.

 Me dirijo entonces al sacerdote y le digo ¿Qué piensa usted de eso padre? Me responde: “A mi juicio hay un 99,9 por ciento de posibilidades de que exista la vida inteligente en algún otro planeta”. La respuesta no violaba ningún principio religioso. Mentalmente multipliqué no se sabe cuántas veces la cifra. Era el tipo de respuesta que yo consideraba correcta y seria.
Después aquel noble sacerdote fue siempre amistoso con nuestro país. Para compartir la amistad no hay que compartir las creencias.

 Hoy jueves, como ocurre con frecuencia creciente, una entidad europea de conocida solvencia sobre el tema expresa textualmente:

 “Podría haber miles de millones de planetas no mucho más grandes que la Tierra orbitando débiles estrellas en nuestra galaxia, de acuerdo con un equipo internacional de astrónomos.
 “Este número estimado de ’súper-Tierras’ -planetas con hasta diez veces la masa de la Tierra- se basa en detecciones ya realizadas y luego extrapoladas para incluir la población de las llamadas ‘estrellas enanas’ de la Vía Láctea.

 “‘Nuestras nuevas observaciones con Harps arrojan que alrededor del 40% de las estrellas enanas rojas tienen una ’súper-Tierra’ orbitándola en su zona habitable, donde puede existir agua en estado líquido en la superficie del planeta’, dijo Xabier Bonfills, jefe del equipo del Observatorio de Ciencias del Universo de Grenoble, Francia.

 “‘Debido a que las enanas rojas son tan comunes -hay como 160.000 millones de ellas en la Vía Láctea- esto nos lleva a los sorprendentes resultados de que hay decenas de millones de esos planetas solo en nuestra galaxia’”.

 “Sus estudios sugieren que hay ’súper-Tierras’ en zonas habitables en el 41% de los casos, con un rango del 28 al 95%.

 “‘40% de las estrellas enanas rojas tienen una  ’súper-Tierra’ orbitándola en su zona habitable, donde puede existir agua en estado líquido’”.

 “Eso lleva a la pregunta obvia, sobre si alguno de esos planetas no solamente es habitable sino que tiene vida”.

 “Pero estas estrellas son dadas a las erupciones estelares, que pueden bañar a los planetas cercanos con rayos X o radiación ultravioleta, lo que puede hacer menos probable la existencia de vida.

 “‘Tenemos idea de cómo encontrar rasgos de vida en esos planetas’, dijo el investigador del Observatorio de Génova, Stephane Udry”.

 “‘Si podemos ver trazas de elementos relacionados con vida como oxígeno en esa luz, entonces podríamos obtener indicios sobre si hay vida en ese planeta’”.

 La simple lectura de estas noticias demuestran la posibilidad y la necesidad de enriquecer nuestros conocimientos, hoy fragmentados y dispersos.

 Quizás nos lleve a posiciones más críticas acerca de la superficialidad con que abordamos problemas tanto culturales como materiales. A mí no me cabe la menor duda de que nuestro mundo cambia mucho más aceleradamente de lo que somos capaces de imaginar.







Fidel Castro Ruz
Marzo 29 de 2012
8 y 15 p.m.

jueves, 29 de marzo de 2012

Tony Guerrero: ¿Qué se dijo aquí?

Queridos amigos:

Su Santidad, el Papa Benedicto XVI ya está en el Vaticano. Fue despedido con una lluvia copiosa de la naturaleza y de la hospitalidad y la sencillez de nuestro amado pueblo.

No pretendía escribir sobre el tema, ya que todos con seguridad siguieron de cerca lo acontecido durante esta visita.

Pero, "la objetividad, la claridad, el seguimiento, la inmediatez" de Univisión, canal por el que pude ver algunos fragmentos de este evento, me obligan a decir algo.

Para este canal hispano en los Estados Unidos, resulta que a la Plaza de la Revolución el pueblo asistió obligado a la segunda y última misa del Papa; resulta que fue un tremendo abuso lo que se hizo con aquel sujeto que trasgredió la seguridad y la disciplina que requiere un recibimiento al Papa, resulta que no se entiende como su Santidad se reunió con Fidel y no le dio un minuto a las Damas de Blanco y resulta que detrás de las palabras de su Santidad hay un mensaje escondido que el pueblo cubano debe escuchar bien.

Y, ¿qué tal las palabras de Raúl? De eso Univisión no habla.

Eso que dice este noticiero es lo que mantiene aquí informado a la gente, eso es lo que quieren sembrar en la gente y eso es lo que algunos quieren oír, y ellos, buenos negociantes de la "prensa libre", lo saben.

Por eso, y por muchas otras razones es que no pierdo mi tiempo viendo la televisión.

"Satisface a nuestro país estar entre los que más han hecho por la vida, la libertad y la dignidad humana", sentencio nuestro Presidente.

Y seguiremos haciendo todo lo posible por construir un mundo mejor.

Los hechos valen más que las palabras huecas de la constante vil patraña de los grandes medios contra nuestra digna Revolución.

¡Venceremos!

Cinco abrazos.
Antonio Guerrero Rodríguez
29 de marzo de 2012
FCI Marianna

Benedicto XVI y la cooperación de marxistas y cristianos

Por Ángel Guerra Cabrera


La visita a Cuba del papa Benedicto XVI concluyó con gran éxito para el Vaticano y la Iglesia católica en la isla, así como para el pueblo y el gobierno cubanos. Fracasaron todas las provocaciones de la contrarrevolución, obediente a Estados Unidos, en su intento de enfrentar a la jerarquía eclesiástica nacional o al propio Sumo Pontífice con las autoridades de la isla, otra derrota para los planes subversivos de Washington, cuya política hacia Cuba tiene como objetivo central el derrocamiento del gobierno revolucionario.

Pero yendo a una perspectiva más universal, en un mundo abrumado por la intolerancia, el intento de imponer a toda costa un chato, banal y dogmático pensamiento único y las crecientes y mortíferas guerras imperiales de conquista, la visita del sucesor de Pedro a la mayor de las Antillas muestra no sólo la posibilidad sino la necesidad imperiosa del diálogo, la relación abierta y constructiva y la cooperación entre quienes mantienen diferencias filosóficas pero también importantes coincidencias en puntos que tienen que ver con la conquista del bienestar de sus semejantes y de un destino mejor para la humanidad. Al anunciar que se reuniría con el papa alemán, Fidel Castro explicó que fue a raíz de las experiencias de los primeros 15 años de revolución, en el duro enfrentamiento a las agresiones de Estados Unidos contra Cuba, "cuando llegué a la convicción de que marxistas y cristianos sinceros, de los cuales había conocido muchos; con independencia de sus creencias políticas y religiosas debían y podían luchar por la justicia y la paz entre los seres humanos".

En esta línea fidelista de pensamiento los marxistas podemos suscribir varias de las ideas formuladas por el pontífice en Cuba como la de su homilía en la misa celebrada en la Plaza de la Revolución de La Habana que vincula al cubanísimo y universal padre Félix Varela –de quien José Martí afirmó que "fue el primero que nos enseñó a pensar"– con la transformación social contemporánea: “El padre Varela nos presenta el camino para una verdadera transformación social: formar hombres virtuosos para forjar una nación digna y libre, ya que esta trasformación dependerá de la vida espiritual del hombre, pues "no hay patria sin virtud" (Cartas a Elpidio, carta sesta, Madrid 1836, 220). Cuba y el mundo necesitan cambios, pero éstos se darán sólo si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad”. 

Y es que en el núcleo del primer pensamiento independentista y antiesclavista cubano de principios del siglo 19 está vivo el sentido de justicia social y fraternidad del cristianismo primigenio. De la misma manera que la Virgen de la Caridad es un símbolo emblemático nacional que une a cubanos creyentes –sean católicos, del sincretismo afrocubano o evangélicos–, no creyentes y ateos, pues su imagen acompañó a numerosos integrantes del ejército independentista de la isla a lo largo de tres guerras y también a muchos de los combatientes de la última contienda de liberación. Desafortunadamente, el embate imperialista, una aguda lucha de clases y el marxismo encartonado conspiraron durante décadas contra la instalación de estas realidades históricas como parte elemental del nuevo sentido común revolucionario cubano.

Viene muy a tono con aquella tradición esta cita que en su discurso de bienvenida a Benedicto hiciera el presidente Raúl Castro: Cintio Vitier, insigne intelectual y cristiano, escribió que “el verdadero rostro de la Patria… es el rostro de la justicia y de la libertad” y que "la nación no tiene otra alternativa: o es independiente o deja de ser en absoluto".

Con respeto, nadie dejó de expresar sus ideas principales en esta visita. Raúl continuó: "La potencia más poderosa que ha conocido la historia ha intentado despojarnos, infructuosamente, del derecho a la libertad, a la paz y a la justicia. Con virtud patriótica y principios éticos el pueblo cubano ha hecho tenaz resistencia, sabiendo que ejercemos también un derecho legítimo cuando seguimos nuestro propio camino, defendemos nuestra cultura y la enriquecemos con el aporte de las ideas más avanzadas".

La visita del sucesor de Pedro confirma también la firme decisión del Vaticano de continuar oponiéndose al aislamiento y las medidas punitivas contra Cuba decretadas por Estados Unidos.

Tomado de La Jornada, México
Imagen agregada AIN Omara García Mederos

Misa y encuentro con Fidel: El Papa condenó de forma elíptica el bloqueo económico a la Isla


El Papa condenó de forma elíptica el bloqueo económico a la Isla: Benedicto XVI dio una homilía ante 300 mil personas en la Plaza de la Revolución. Y al despedirse declaró que rechazaba “las medidas económicas impuestas desde afuera”.

En el último día de su gira latinoamericana, el papa Benedicto XVI hizo historia en Cuba con una homilía en La Habana para 300.000 personas y un encuentro de media hora con el líder de la Revolución, Fidel Castro. En su despedida de la Isla, el Papa rechazó “medidas económicas restrictivas impuestas desde afuera”, en alusión al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos desde 1960. “¿Qué hace un papa? ¿Cuál es su función?”, preguntó en un clima relajado el mayor de los Castro a Joseph Ratzinger durante el encuentro de ayer.

Por la mañana, en una Plaza de la Revolución con la escultura del Che y una verdadera marea de cubanos como testigos, el Papa ofició una misa y pidió cambios para la isla y el mundo. “Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe. Sin embargo, es preciso seguir adelante y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana”, pidió el Papa. A la plaza también llegó el presidente Raúl Castro, secundado por el canciller Bruno Rodríguez y autoridades eclesiásticas de La Habana. Peregrinos de todos los puntos, así como de otros países, incluido Estados Unidos, arribaron a ese teatro de grandes epopeyas revolucionarias. Benedicto también pidió mayores libertades para la Iglesia Católica, cuyas relaciones con el gobierno cubano fueron hostiles durante décadas luego de la Revolución de 1959, lo que incluyó en su momento la excomunión del entonces presidente Fidel Castro por parte de Juan XXIII en 1962. Aquellas sanciones se aplicaban automáticamente a quienes profesaban el comunismo. Sin embargo, la Iglesia cubana ocupó un rol más protagónico de mediación entre la sociedad y las autoridades con la llegada al poder de Raúl Castro, que alcanzó su máxima expresión en 2010, cuando el cardenal Ortega negoció con el mandatario la libertad para decenas de opositores presos.

A bordo del “papamóvil”, el Sumo Pontífice recorrió la explanada antes de llegar al altar levantado para la ocasión. Durante el breve trayecto, los fieles saludaron con pañuelos y banderas de Cuba y El Vaticano a Benedicto, quien devolvió a su paso aquellas demostraciones de afecto. Poco antes de su llegada, los manifestantes habían traído en procesión desde la Catedral de La Habana la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, uno de los motivos de la visita del Papa, al celebrarse este año el 400º aniversario del hallazgo de su imagen.

Sin embargo, el punto álgido de la visita de Benedicto XVI a Cuba se dio horas después, cuando el Papa mantuvo una reunión con Fidel en la Nunciatura Apostólica, embajada de la Santa Sede. A catorce años de su entrevista con Juan Pablo II, Fidel le dio la mano a otro papa, Benedicto XVI, de quien dijo que tenía la cara de un ángel. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, fue el encargado de informar sobre el encuentro, del que se filtraron algunos detalles. Según Lombardi, el comandante tenía mucho interés en conocer el pensamiento de Ratzinger sobre diferentes aspectos y le hizo numerosas preguntas.

La primera pregunta fue sobre el cambio de la liturgia de la Iglesia Católica y el Papa le explicó a Castro la puesta al día de la misma para afrontar los nuevos tiempos de evangelización.

También le preguntó “¿Qué hace un papa? ¿Cuál es su función?”. Benedicto XVI le expresó el sentido de sus viajes por el mundo para confirmar en la fe a los cristianos, así como el servicio de la Iglesia a los pueblos.

Fidel Castro se interesó por la opinión de Ratzinger sobre las dificultades que afronta el mundo actualmente, la multiplicidad de religiones o la problemática de la ciencia que no logra dar respuesta a todos los problemas de la humanidad.

El Papa habló de la dificultad que encuentran los hombres en las sociedades en las que Dios está ausente, así como de la relación entre fe y razón y de libertad y responsabilidad. Fidel le pidió que le envíe algunos libros sobre esos temas. El ex presidente cubano fue recibido en la Nunciatura por el cardenal secretario del Estado vaticano, Tarcisio Bertone, con quien ya se ha visto en otras ocasiones. Mientras llegaba el Papa, Fidel le dijo que deseaba ardientemente las beatificaciones de Juan Pablo II y la madre Teresa de Calcuta. “Ambos hicieron mucho por Cuba, especialmente la monja, que entregó su vida por los más pobres de los pobres.”

El Papa dijo que estaba muy contento por cómo había sido recibido en Cuba y expresó su gratitud por la bienvenida. Fidel le contó a Benedicto XVI que había seguido por televisión todo el viaje del Pontífice a la isla caribeña. En un momento del coloquio se produjo una broma que demostró, según Lombardi, la cordialidad de la cita. Fue cuando Castro bromeó sobre las edades de ambos. El Papa tiene casi 85 años, la edad del líder de la Revolución. El pontífice, sonriendo, le respondió: “Sí, soy un anciano, pero todavía sigo haciendo mi deber”. Fidel acudió a la Nunciatura acompañado de su esposa, Dalia Soto, y dos de sus hijos, que también saludaron a Ratzinger y después posaron para los fotógrafos.

Ya en el epílogo de su histórica visita, el Papa cumplió con el deseo de Raúl Castro y el pueblo de Cuba, al criticar el bloqueo comercial y económico impuesto por Washington a la Isla desde 1960. A punto de abordar su vuelo hacia Roma, y sin mencionar a Estados Unidos, Ratzinger se manifestó en contra de lo que llamó “medidas económicas restrictivas impuestas desde afuera”.

Fuente: Página 12, Argentina


Imágenes agregadas: AIN Marcelino Vázquez Hdez., Omara García Mederos y Estudios REvolución





La foto que faltaba

Por Washington Uranga*




Faltaba esa foto y finalmente se dio. Es la que refleja la reunión entre Benedicto XVI y Fidel Castro, para ponerle el broche a una gira papal por México y Cuba que, aunque se promocione como “visita pastoral”, ha tenido un fuerte contenido político (como sucedió cada vez desde que Juan Pablo II inauguró este tipo de desplazamientos papales por el mundo). 

El encuentro con Fidel no tiene parangón con aquella primera visita del propio líder de la revolución cubana al Vaticano, en 1996, para una audiencia con Juan Pablo II que derivó luego en la visita del Papa polaco a Cuba dos años después y, allí, una nueva reunión con Castro. Este tiene menor importancia, pero sigue siendo políticamente relevante.

Aquellos acercamientos tuvieron el sentido de comenzar a desandar un camino plagado de desentendimientos entre la Iglesia y el Estado cubano, como fruto de las diferencias políticas e ideológicas, de la militancia católica contra la revolución y de la intransigencia comunista frente a la religión. Lo que parecía irreconciliable dejó de serlo y aquella foto fue la manifestación simbólica de ese hecho político. Para Cuba, la visita de Juan Pablo II fue una forma más de mostrarse al mundo y de romper la idea de aislamiento. También de echarle en cara a Estados Unidos el anacronismo del bloqueo en medio de las dificultades del llamado “período especial” que impuso fuertes restricciones a la calidad de vida de la población. A cambio, la Iglesia comenzó a recuperar espacios y reconocimientos que había perdido de manera simultánea a la disminución de su feligresía. La sociedad cubana sigue siendo profundamente religiosa, aunque la Iglesia Católica vio seriamente reducidas sus filas a favor de otros cristianos (protestantes, evangélicos) y, sobre todo, de los sincretismos que resultan de la mezcla entre las devociones populares católicas y las religiones de raíz afro.

La visita de Benedicto XVI ha tenido otro contexto. La revolución cubana está en pleno proceso de revisión. Y si bien antes de llegar a Cuba Ratzinger advirtió que “el marxismo ya no responde a la realidad” y una vez en territorio cubano pidió “mayor apertura” para la Iglesia, también criticó, una vez más, el bloqueo norteamericano. Los funcionarios cubanos –enfrascados en un proceso de reformas que nadie atina a decir hasta dónde llegará, pero que hoy tiene muestras evidentes en la economía– se encargaron de poner un límite. El vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo, sostuvo que “en Cuba no habrá reforma política”. Una declaración más que formal, porque lo cierto es que la reforma política comenzó junto con las transformaciones económicas. 

Y, en un hecho que era poco previsible una década y media atrás, la Iglesia Católica ha venido jugando un papel de mediación incluso para conseguir mejores condiciones para los disidentes. A cambio, el Papa no recibió a los opositores, aunque elípticamente se refirió a ellos cuando en una plegaria suplicó a la Virgen “por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan graves momentos de dificultad”. Siguiendo un estilo muy propio de la política de equilibrios de la diplomacia vaticana, antes el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, había hecho declaraciones a L’Osservatore Romano que dejaron mucho más conforme al gobierno que a los opositores.

Desde la otra vereda, Fidel Castro apuntó a las coincidencias entre “los marxistas y los cristianos sinceros”. Antes de irse, Ratzinger aseguró que “Cuba y el mundo necesitan cambios”. Todos de acuerdo.

La “visita pastoral” a Cuba ha sido, nuevamente, una gran puesta en escena de las nuevas condiciones del diálogo político entre la Iglesia y el Estado cubano. En un momento por demás difícil, cuando muchas cosas que parecían inamovibles entran en revisión, al gobierno le sirve mejorar sus relaciones y acercar posiciones con la Iglesia. Por lo que significa en Cuba, pero sobre todo por lo que el Vaticano representa en el mundo como poder simbólico y real, más allá de las estrechas dimensiones de su territorio. El catolicismo, en crisis institucional y de pérdida de feligresía, no puede desaprovechar ninguna circunstancia para ampliar su margen de influencia.

Salvando las distancias, la visita de Benedicto XVI a un México atravesado por la violencia, especialmente por la presencia del narcotráfico, tuvo también ribetes políticos. Ante un pueblo muy religioso, a pesar del anticlericalismo institucional heredado de la revolución mexicana, tanto el presidente Felipe Calderón como los principales líderes de la oposición hicieron cola para mostrarse junto al Papa. Y todos se apoyaron en el discurso pacifista de Benedicto XVI, aunque esto tenga pocos efectos prácticos en la caótica realidad mexicana.

Pero en México también se está cerrando un ciclo de las relaciones entre la Iglesia y el Estado laico y antieclesiástico. El deshielo había comenzando en 1979 con la primera visita de Juan Pablo II para participar de la Conferencia General de los Obispos Latinoamericanos en Puebla. En esa ocasión, la personalidad y la popularidad del Papa polaco derribaron muchas barreras formales del Estado anticlerical. Y allí comenzó otra etapa que ahora tiende a plasmar en reconocimientos institucionales a la Iglesia Católica, que llegan incluso a abrir la posibilidad de la participación de los sacerdotes en política.

En definitiva, una “gira pastoral” que, como siempre, tiene muchas lecturas y consecuencias políticas.

 Fuente Moncada: Grupo de lectores en el Mundo


*Periodista, planificador e investigador de la comunicación, docente universitario y productor audiovisual.  Es Periodista de Página 12

Burson-Marsteller, Alan Gross y la luz al final del túnel

Por Machetera 
Translated by  Manuel Talens



La lección en la Salpêtrière
 (1887), de Pierre-André Brouillet (1857 - 1914).
La Salpêtrière es un legendario hospital de París, construido en el siglo XVII, que fue cuna de las neurociencias por haber alojado a grandes maestros de la medicina como Charcot, Babinski y Freud. En este famoso cuadro de Pierre-André Brouillet se observa al médico francés Jean-Martin Charcot con sus alumnos durante una sesión clínico-docente en la que les explica cómo llegar al diagnóstico de un ataque de histeria en una enferma cuyo nombre ha pasado a los anales de la medicina: Blanche Wittman.

La escena es inequívocamente sexista: un tropel de hombres deciden cómo tratar a una mujer de una enfermedad que ya desde la etimología apesta a sexismo. Por el simple hecho de haber nacido mujer, Blanche Wittman está a la merced de sus decisiones. Las dos monjas que asisten a Blanche son meras espectadoras sin voz. Ellos “saben”, ellas no.
Ciento veinticinco años después, la intrahistoria de este cuadro venerable recuerda mucho a la de Judy Gross, la esposa del contratista de la USAID encarcelado en Cuba. El viejo paternalismo ancestral sigue vivo y tanto el New York Times como el Washington Post acaban de demostrarlo con una estúpida campaña mediática cuyo objetivo es presionar al papa Benedicto XVI para que éste aconseje a Cuba que trueque a René González por Alan Gross. Aconsejar a Cuba, como si fuese un niño rebelde y no un país soberano, es ya una ofensa inaceptable, pero el consejo que Judy Gross está recibiendo no le va a la zaga: en vez de tratarla como un sujeto activo, capaz de articular su destino, la campaña que pretende traer a su marido de vuelta al hogar está dirigida por gente cuyas prioridades son muy distintas a las de esta mujer.
Sin embargo, un detalle imprevisto ha alterado ligeramente la campaña y ha sido la revelación que hace unos días hizo el periodista Paul Berger en el Jewish Daily Forward, según la cual la agencia de relaciones públicas Burson-Marsteller está detrás del cambalache. El Washington Post ha admitido la veracidad de la noticia, pero cabe preguntarse si lo habría hecho en caso de que Paul Berger no hubiese tirado de la manta.
Un editorial del New York Times seguido de un reportaje del Washington Post  promocionando la “solución” papal no son cosas que suceden por casualidad. Al principio pensé que quien estaba detrás de esto era el Departamento de Estado, pero ese tipo de cabildeo habría sido indecoroso. Lo que sucedió en realidad fue que Hillary Clinton entregó una lista detallada de lo que quería en la campaña a su buen amigo Don Baer, que no sólo es vicepresidente de Burson-Marsteller, sino que además fue quien le escribía los discursos a Bill Clinton; Baer, por su parte, se la pasó a Mark Penn, que es el director ejecutivo de Burson-Marsteller, el mismo que diseñó la torpe estrategia de su campaña presidencial en 2008). A partir de ese momento, voilà, la maquinaria de los dos periódicos (y de algunos más) se puso en marcha para promocionar el canje de González por Gross con la ayuda papal.
René González es el primero de los Cinco Héroes cubanos que ha salido de la cárcel tras cumplir la pena máxima por no haberse registrado como agente extranjero, no por “espionaje”, que es lo que falsamente afirmó el Washington Post. Son dos cargos muy distintos, pero ya me ocuparé otro día de diseccionar ese artículo del Post.
René está ahora en Florida en libertad condicional, mientras que diez rusos que fueron detenidos hace un par de años bajo la acusación de ser agentes extranjeros no registrados –el mismo delito que a él, por el momento, ya le ha costado trece años de su vida– fueron deportados a Rusia sin más problemas. Está claro que si a alguien le echan el guante en Miami como agente extranjero no registrado es muchísimo peor que si sucede en Nueva Jersey, sobre todo si se trata de un cubano.
En cambio, el yanqui Alan Gross apenas ha cumplido dos años de los quince que habrá de pasar en una cárcel de Cuba por haber tratado de instalar una red clandestina de internet en violación de las leyes cubanas. Por mucho que Burson-Marsteller insista en su campaña mediática, el de Gross no fue un proyecto “humanitario”. Eso es la tapadera. Los judíos de Cuba ya tenían acceso a internet y no lo necesitaban a él.
Es evidente que la oferta que están publicitando, la de entregar a un hombre casi libre a cambio de otro que aún deberá pasar más de una década en prisión puede funcionar bastante bien como táctica dilatoria, pero como estrategia de negociación no tiene ni pies ni cabeza. Como bien ha señalado Walter Lippmann, que algo sabe de Cuba, “Israel canjea a miles de palestinos por un soldado israelí; Washington canjeó a diez rusos detenidos aquí por cuatro rusos capturados allá por espiar para nosotros. ¿Por qué no puede hacer lo mismo Washington: “Os doy a vuestros cinco cubanos si me devolvéis a mi contratista”? El problema, claro está, es que Hillary Clinton no es del mismo parecer y, al día de hoy, tiene la sartén por el mango.
Lo que Berger afirmó en el Jewish Daily Forward es que las críticas que Judy Gross ha lanzado contra Obama y la política de Washington hacia Cuba forman parte de una nueva estrategia que “coincide” con la entrada en el juego de Burson-Marsteller. Vale, tal vez sea sólo una coincidencia, pero estoy bastante segura de que el guión con las instrucciones a seguir que Don Baer le entregó a Judy no pretendía eso, ya que incluso si formase parte de una extraña estrategia a contracorriente, ¿hasta dónde podrían llegar tales críticas si Baer es quien se ocupa de Hillary Clinton, que no dejará de estar a las órdenes de Obama hasta que se enfrente a Jeb Bush por la presidencia en 2016?
No tengo información privilegiada, pero estoy dispuesta a apostar que la bien fundada diatriba de Judy Gross contra Obama fue el típico caso de la cliente sumisa que de pronto se salta el guión preestablecido y se pone a decir abiertamente lo que piensa. No sería la primera vez que sucede una cosa así.
Por extraño que parezca, creo que esa “insubordinación” nos permite ver un diminuto rayo de luz al final del túnel. Clinton, Penn, Baer y Burson-Marsteller han diseñado un escenario miserabilista de la familia Gross destinado a despertar la piedad del electorado: son pobres víctimas, judíos de buena voluntad que sufren persecución de las fuerzas del mal por hacer el bien y que ahora dependen del milagro de un Papa católico. Esta campaña mediática es una tomadura de pelo para entretener al matrimonio Gross hasta que pasen las próximas elecciones presidenciales. ¿A qué persona con dos dedos de frente se le ocurría decir que el Papa es la última esperanza de esta mujer?



Alan y Judy Gross
Hay otras opciones, por supuesto, pero la peor que puede adoptar la esposa de Alan Gross es ser obediente para que las cosas les vayan viento en popa a Obama y Clinton en su campaña presidencial. Otra opción sería combinar la presión mediática sobre Washington con alguna ayuda adicional de los medios y grupos sociales y de alianzas inteligentes, pero a ninguna agencia de relaciones públicas que esté al servicio de Hillary Clinton le interesa.
De hecho, mientras Burson-Marsteller siga manipulando este espectáculo mediático las dos partes en litigio seguirán enzarzadas en un diálogo de sordos. Quizá la única manera de dirimir este problema podría consistir en colmar la distancia que separa a los familiares y amigos y de Alan Gross de los familiares y amigos (que son millones en la comunidad internacional) de los Cinco Héroes cubanos. Y puede que eso esté empezando a ocurrir.
Con milagrosa precisión, el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Cubanos ha programado varios días de actividades en Washington, que se celebrarán dentro de pocas semanas (los días 17 a 21 de abril) con la participación de una larga lista de estrellas invitadas. Sería una tragedia si al menos unas cuantas personas del bando de los Gross no se escapasen de sus cancerberos de Burson-Marsteller para darse una vuelta por allí.
Una de las estrellas que asistirán es Stephen Kimber. El propio Kimber me ha proporcionado amablemente un manuscrito de su libro todavía inédito, What Lies Across the Water [Lo que hay en la otra orilla], una magnífica, meticulosa, honrada e imparcial investigación sobre el caso de los Cinco Héroes cubanos. Quien desee conocer exactamente qué estaban haciendo en Miami y la posterior tragedia de sus injustas condenas y encarcelamiento disponen en este libro de la información definitiva. Ojalá se hubiese publicado hace diez años. Si los Gross buscan un libro que de verdad los ayude a encontrar una solución para su tragedia, éste es.
Y Cindy Sheehan también irá. ¡Un auténtico lujo! La verdad es que si Judy Gross no se presenta en Washington para hablar con Cindy, que escribió el libro sobre cómo presionar a un presidente, no me quedará más remedio que concluir que la gente de Burson-Marsteller la habrá secuestrado para impedírselo.

Por último, habrá un piquete y una manifestación frente a la Casa Blanca. Permítaseme sugerir que si el bando de los Gross aprovechase esa oportunidad única que se le presenta de manifestarse junto al grupo de los Cinco Héroes cubanos, sería un bombazo irresistible, el sueño hecho realidad de cualquier ejecutivo –inteligente, eso sí– de relaciones públicas. Y la prensa caería rendida ante la prueba palpable de que algo está cambiando. Por cierto, ni Clinton ni Penn ni Baer ni Burson-Marsteller estarían de acuerdo con algo así… lo cual es una razón de más para que Judy Gross abandone el papel de Blanche Wittman que le han atribuido y dé un paso al frente.


Enviado por su autora